Brazos cruzados del INAH y Ayuntamiento permite avance de obra clausurada en Porfirio Díaz 112

Veamos: el INAH la suspendió por violación a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y, a su Reglamento; mientras que, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez por infringir la Ley de Ordenamiento Territorial y el Reglamento del Plan Parcial del Centro Histórico. Sin embargo, en la clandestinidad, y en franco reto a la legalidad, avanza el trabajo de construcción, sin licencias respectivas, en el inmueble catalogado, ubicado en Porfirio Díaz 112, en pleno corazón capitalino del Patrimonio Cultural de la Humanidad.


Un concierto de martillos descargando un ordenado golpeteo sobre la cabeza de cinceles; albañiles entrando y saliendo del inmueble y lo más notorio y descarado, camiones llevando materiales para construcción, como sucedió este medio día, apuntan a que el propietario del inmueble es mejor y en consecuencia ofreciendo al mundo que sigue saliéndose con la suya. No acató la orden federal ni municipal por lo que su trabajo ilegal avanza viento en popa.


Medios de comunicación informaron del tema cuando el INAH y Municipio capitalino tomaron cartas en el asunto y, antes de la cuarta semana de octubre pasado, suspendieron y clausuraron, respectivamente, una construcción al margen de la legalidad, sin cumplir con lineamientos, tanto federales como municipales.


Cabe destacar que el 14 y 23 de octubre son fechas de la reciente intervención municipal en aras de suspender y clausurar la citada obra; desde entonces el plazo sigue corriendo y todavía no se conoce el procedimiento sancionatorio, multa, clausura o demolición. Situación burocrática es aprovechada para que la construcción no se detenga, siga avanzando, mientras también hacen de las suyas inclemencias del tiempo, sol, viento y lluvia, empezando a despegar los sellos de la pared del inmueble catalogado en riesgo.


Hoy, con plástico color negro cubrieron la irregular barda levantada con tabicón y que motivó la intervención de la autoridad federal y municipal, sin embargo, el imperio de la ley tarda, el veredicto final no llega de manera pronta y expedita, lo que da pie a que la obra siga en la clandestinidad en donde algo nuevo, una puerta, al interior, se suma a la controvertida barda.