Todavía sin acostumbrarnos a eficiente trabajo la Policía Vial capitalina

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●Jefe de la Policía Vial muestra, a unos apáticos con uniforme, cómo improvisar, resolver y no quedarse cruzados de brazos frente a un
congestionamiento vehicular por calle
cerrada a la circulación

Mario GIRÓN


Al final de un poco más de 180 minutos y, como resultado de una eficiente tarea, a la que todavía no puede acostumbrarnos diariamente la Policía Vial de Oaxaca de Juárez, capitalinos recuperaron la calle 20 de Noviembre, entre Av. Hidalgo y Trujano, la cual irresponsablemente amaneció cerrada a la circulación vehicular a consecuencia de la rehabilitación del embanquetado de cantera en una clave dirección urbana, en pleno corazón de la ciudad.


El problema o el obstáculo a la circulación vehicular público y privado no eran los albañiles trabajando sobre la banqueta, sino el irresponsable camionero que a media calle descargó dos viajes, uno de arena y de grava, con lo cual provocó la cancelación del uso de la calle a las necesidades de automovilistas, turista o trabajadores del volante.


Por lo que el caos no se hizo esperar y la zona se convirtió en un lentísimo y desordenado carrusel vehicular avanzando como podían, a paso de tortuga y a ritmo del sonido del claxon, mentadas de madre y gritos a los agentes de vialidad, estando en el lugar del caos, en 20 de Noviembre y Trujano, con las manos en las bolsas de la chamarra y calentándose en el solecito tempranero, carentes de iniciativa propia y de oficio, demostrando que no les importaba lo que estaban viendo, estaban de adorno, modelando del uniforme policiaco, sin hacer algo por ordenar la salida del embotellamiento.


Estaban en el lugar equivocado los agentes de Vialidad, en vez de tomar el sol, para calentarse de un amanecer friolento, no estaban presentes, activos, trabajando como emoción de servicio, desviando la circulación vehicular en 20 de Noviembre y Las Casas, con la misión profesional de impedir a los automóviles llegar a Trujano, en donde se cortaba el paso.


El transporte urbano subiendo 20 Noviembre en dirección al ISSSTE y particulares, taxistas y turistas, reclamaban, con justa razón, el por qué los habían dejado llegar a Trujano si el paso estaba cancelado.


Mismo reclamo, de los que, bajando por JP García, se incorporaban a Trujano y al intentar continuar por 20 de Noviembre, con la novedad de que se había cancelado el paso.

La única y congestionada salida del laberinto era seguir Trujano, dar vuelta en Flores Magón, llegar a Las Casas, girar a la derecha y otra vez a 20 de Noviembre, (en donde para colmo, el semáforo no sirve, lleva días estacionado en luz roja) cruzar con precaución y seguir hasta JP García o Díaz Ordaz para salir de un gigantesco embotellamiento a temprana hora capitalina.


Sin embargo, el reclamo ciudadano llegó a los oídos del director general de la Policía Vial, Comandante Fidel Vásquez Vargas, experto servidor público se presentó al lugar de los hechos, amonestó verbalmente a sus compañeros y sin perder tiempo tomó cartas en el asunto y dictó catedra, la labor a la que está obligado hacer un comprometido agente para resolver el problema de automovilistas y camioneros en un laberinto con salida a cuenta gotas.


Mientras tomaba cartas en el asunto para resolver el origen del problema, ordenó a sus compañeros impedir la llegada de más unidades a crucero con Trujano; los envió a desviar la circulación al crucero de Las Casas, como tenía que ser desde un principio.


Inmediatamente después, solicitó prestada una pala a los albañiles y empezó la tarea de palear el montón de arena y grava, arrimándola al cordón cuneta con el objetivo de ganar espacio para abrir un carril a la circulación vehicular, en una calle estratégica, la que por cualquier motivo no puede cerrarse por la infinidad de problemas que puede causar, como el observado hoy a temprana hora.


Como lo hemos observado a lo largo de muchos trienios, los agentes de Vialidad nuevamente reprobados, no pudieron resolver el reto o problema cuando se les presentó; convertidos en espectadores solo contemplaban un caos que les despertaba miedo o flojera atender y resolver.


Tuvo que llegar el mando superior, Fidel Vásquez Vargas, a enseñarles o recordarles cómo es el trabajo, el qué hacer, improvisando acciones, si es necesario, para garantizarle a la ciudadanía libre circulación vehicular, como todos los días se los indica el presidente municipal, Francisco Martínez Neri.

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