«Tengo el mal de ti”, obra poética de Fernando Cruz Macías; la necesidad de reformar razón y pensamiento

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Mario GIRÓN / Jaime GARCÍA

El Maestro Fernando Alberto Cruz Macías llevó y presentó su parlamento inspirado en la necesidad de reformar razón y pensamiento, su obra poética: “Tengo el mal de ti”; lo hizo en el Honorable Congreso de Oaxaca, el órgano político encargado de elaborar, reformar y aprobar leyes, desde donde el escritor oaxaqueño subrayó:

“Mi pensamiento, a través de la palabra, no solo habla de amor, anhelo, muerte o seducción”. Explica:

“Cuando menciono “Tengo el mal de ti”, hablo del mal que tiene una persona hacia una idea. Pero no es amor para esa idea; no es amor a esa persona. Es la reflexión, el invitarlos a romper esquemas obsoletos”.

Dejó en claro:

“En tengo el mal de ti”, son todos los esquemas; no existe mente, rima o prosa, sin embargo, la intensión es ayudar a reformar razón y pensamiento”.

La presentación del libro de la autoría del Maestro Fernando Cruz Macías, en la XLV legislatura, en donde a través del parlamento se debate el presente y futuro de Oaxaca, participaron los diputados, Pablo Díaz Jiménez, Horacio Sosa Villavicencio, Sesul Bolaños López y el Doctor, Horacio López Flores.  

“Obra maestra, ejemplo de  valor humano y literario de Cruz Macías”: López Flores

Al Doctor Horacio López Flores, correspondió la interpretación del escrito del Maestro Fernando Alberto Cruz Macías:
“La poesía es una expresión literaria y artística a través de la cual los poetas expresan infinidad de sentimientos y reconfiguran un centenar de escenarios y experiencias vividas y sufridas a lo largo de sus vidas”.

“El poeta expresa sus tomas y reflexiones y en este caso Fernando Cruz Macías, escribe sus poemas  de amor y desamor, de miedos y fantasías, de separaciones y reencuentros, de musas y demonios su intención es vasta; una intención real y captar su vivencia en una actualidad caótica, confundida a veces maloliente y la mayar parte erótica”.

“Conozco a Fernando de algunos años, tal vez, compartí con él la intención inicial de este trabajo; le critique inicialmente el desparpajo de una prosa sin rima; sin entender al principio que la rima desordenada genera el verso; un verso que transmite más allá de la técnica, de la escritura formal y normativa; un verso que marca un camino hacia una búsqueda vital en su necesidad amorosa en el estilo en interpreta; también parecieron procaces, después entendí que para él, esas imágenes es con sus musas; las reales no las solemnes hijas de Zeus, que lograban inspirar divinamente al los hombres para escribir, esculpir o pintar un fresco, no, estás son las musas reales; los rostros infinitos del dolor, seducción, perversión, amor puro,  impenetrabilidad frustante, sus musas son de él; se proyectan de sentimientos reales de esa particular agudeza de ver la vivo y criticada  o enaltecida con su acostumbrado sarcasmo casi irredento se puede transformar a lo sublime”.

“Su lenguaje es sencillo, cotidiano, enriquece la forma con su vivencia, con su intenso sentir, así también con su miedo y nostalgia. Con su necesidad profundamente amorosa jugando en cada verso con el orden de las palabras. Llevando al lector no sólo a leer sino a imaginar y sentir como un enamorado casanova vive su formación del amor; tal vez Fernando no tenga en esta obra una rigidez literaria, no hay metáforas rebuscadas, comparación, oxímoron, anáfora, o hipérbole, sentimiento, claridad de las palabras, búsqueda sensible, necesidad expresiva, autenticidad del pensamiento que en conjunto hacen su obra  nacen su obra notable y la colocan en una creatividad selecta, innata e incomparable”.

“Celebro que en las letras oaxaqueñas se den estos intentos, innovadores, contracorrientes que inducen al cambio que rompen en la cotidianidad y monotonía que reviven el placer de la lectura”.

“De los demonios no hablo, esos los tenemos todos; no son sólo de Fernando, el sólo invita a reflexionar e invitar a la introspección individual. Sin miedo recuerdo la frase de Dante, al relatar el frontispicio del infierno, las cuales, recapitulo, la esperanza se pierde con la ignorancia y la cobardía; Fernando, con esta obra, nos da un ejemplo de valor humano y literario”.

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