¡Es cuanto!
Aunque no pesan,
sin oposición del PRI
en el Congreso
Mario GIRÓN
De lo que les cuelga del arco del triunfo tienen agarrados a los diputados priistas del Congreso Local. De pronto, como por arte de magia, dejaron de ser esa voz de aliento desagradable y ronca, con la cual intentaban ser oposición y darse a conocer en un Oaxaca en donde ya nadie les cree.
Están muertos y sepultados en una tumba irregular. Tarde o temprano será exhumado el cuerpo de un dinosaurio que ahora es manejado y vilipendiado como ellos acostumbraban, haciendo de las suyas cuando saboreaban miles del poder, por ejemplo, una mayoría haciendo y deshaciendo, aplastando lo que olía a oposición.
El tema corrupción es la causa por la que el PRI, en la casa legislativa del pueblo de Oaxaca, emprendió la graciosa retirada; forzado a ofrecer varios pasos atrás; terminaron por aceptar que calladitos se ven más bonitos.
Buscan seguir ganando tiempo, el suficiente, que les permite reacomodarse y, en consecuencia, tejer una red de impunidad y los oaxaqueños se guarden las ganas de ver a una justicia alcanzando culpables.
Derivado de la corrupción, los yerros y mala calidad en tramos ejecutados en el circuito interior, la cual empezó a hundirse a pocos días de inaugurada, significa mucho, puede explicarnos el silencio tricolor en el Poder Legislativo. Ya fueron alcanzados por el karma vestido de color vino intenso. Hoy pagan lo que hacían en su pasado glorioso.
Aunque los priistas no son una oposición significativa o de importancia peligrosa para la mayoría morenista en el congreso, la que sin ellos llevan su trabajo legislativo viento en popa, lo destacado es el equipo legislativo tricolor luciendo hipertenso.
Asi se presentan por estrategia, para evitar sean cortadas las manos a muchos; hoy se suman y apartan lugar para adherirse a las más importantes iniciativas con proyecto de decreto de Morena, o bien, a nombramientos, como el reciente de José Bernardo Rodríguez Alamilla, quien, por unanimidad legislativa, ahora es el nuevo Fiscal General de Oaxaca.
La preocupación y el insomnio no anda en burro como el que monta la dulce y simpática india María.
¡Es cuanto!