Del escritor oaxaqueño, Fernando Cruz
Si definimos a la corrupción como el mal uso del poder público para el beneficio privado, encontramos una severa correlación entre la emancipación de los jóvenes en edad de tomar decisiones propias y la participación de integrantes de una misma “familia” en actos de corrupción.
Con esto pretendo decir que el nepotismo y la corrupción se derivan en una primera instancia del sobre proteccionismo que reciben en un hogar, para afirmar este punto de vista ofrezco como prueba el índice de corrupción en Luxemburgo, realizado por Transparencia Internacional y The New Barcelona Post. Dicho índice expresa que los países en donde sus jóvenes parten a más corta edad de casa, el índice de corrupción es menor.
Aunque es un argumento documentado, la formación personal de cada individuo tiene suficiente peso para poder determinar las acciones correspondientes al buen uso del ejercicio publico, el cual en México se ha visto manchado por el uso irresponsable y faccioso del poder contra los enemigos propios y los que se consideran enemigos del Estado.
He podido observar desde hace varios sexenios que los primeros involucrados en hechos de “enriquecimiento ilícito” (corrupción) son hermanos, primos o parientes o incluso cónyuges de los funcionarios públicos. Los primeros en fortalecer su economía a través del abuso del poder son los familiares de representantes de calle, presidentes de colonia, agentes municipales, presidentes municipales, concejales, diputados y otros cargos.
Esto lo explico derivado de que en el seno familiar y la sobreprotección de los padres hacia los hijos, siempre y por cualquier causa primero están los intereses de su familia, lo cual para el ejercicio público debe de estar fuera de lugar, ya que el ejercicio público exige la vocación hacia la sociedad y la construcción de mejores estructuras, las cuales permitan mejorar las condiciones de vida de la población.
Dentro de la teoría marxista leninista existe una máxima: “como puede uno repartir de la pobreza”.
Claro, mal entendido por la clase que ha tenido sobreprotección derivado de las carencias primero y sobre todo exigen tener un estilo de vida distinto al que sus antecesores han conocido, si le sumamos a eso la falta de cultura, conocimiento y vocación de servicio pudiéramos decir que dicha ecuación nos da un ser corrupto por naturaleza, pero donde quedaría su libre albedrío, su fuerza de voluntad, su promesa de campaña.
Es impresionante como el discurso en México es: “yo vengo de abajo”, “yo he sufrido como ustedes”, y sobre todo potenciar la pobreza de todo el pueblo al recordarles el sufrimiento que viven todos los días para con ello poder contar con su “apoyo”. Este tipo de acciones debería considerarse como apología del delito.
Sin embargo, en un país con una población con una clase social desprotegida creciente, la teoría mercadología de “en cualquier soldado hay un bastón de mariscal”, llena de ilusión a toda esa clase, el paternalismo proteccionista que provee este tipo de teoría política hace que la sociedad mas desprotegida se sienta alentada e identificada con esa clase de propaganda; claro aun sabiendo que caerá en el olvido hasta la futura elección.
Dando esto como marco conceptual de la causa y origen de este tema pudiera vaticinar la consecuencia y la repercusión, claro desde esta óptica es fácil citar “están destinados al fracaso colectivo”, “ha sido un error la democratización de la institución”. Y a caso no es cierto, el devastador saqueo a la riqueza de la nación, la falta de oportunidades de crecimiento, el modelo económico con el que vive la sociedad actual en gran parte del país es equiparado a la de Londres antes de la revolución industrial, la actividad primaria es la actividad preponderante en gran parte del país, pero la raíz el fundamento de esta critica radica simplemente en la falta de razonamiento de las ideas propositivas de un cambio radical en la estructura familiar.
La consecuencia más grave que podemos observar en la súper estructura de la sociedad mexicana es la falta de enculturación hacia la libertad y oportunidad de pensamiento la cual recae simplemente en repetir patrones los cuales nos llevan sin lugar a dudas al saqueo y al sobre proteccionismo de grupos organizados, que cuya visión recae en la proyección política de sus agremiados o de su “familia”, visto esto, un ciclo sin fin el cual obligado a repetirse busca como obtener y luego ostentar y mas grave aun heredar el poder.
Abundando en la ultima aseveración, quisiera remarcar que la identidad política, así como la identidad social no es un factor para la gobernabilidad, así como los mismos principios partidarios.
Esto derivado de 40 años de falta de cultivo de cuadros políticos, de búsqueda de la verdad. De herencia del poder.
Que falta por entender entonces, la raíz de todo el problema es el tipo de clase gobernante y la cerrazón de ella para abandonar el poder.
Hoy vivimos el resultado de esos años de descomposición social y ese resultado es que la popularidad de un gobierno es mas importante que la elaboración de políticas publicas que beneficien de alguna forma a las estructuras sociales.
Si bien es cierto que la democratización de la institución llevo a la antesala del primer mundo, el contrato que firmamos como mexicanos al hacerlo hoy recae en el mercantilismo político el cual de la riqueza de la nación y su explotación esta sistemáticamente protegida por intereses de poder los cuales son a ellos y a sus allegados las formas y conductos de como poder por medio de un espacio laboral poder dar un “mejor sustento a su estructura”.
Dicho esto, podemos afirmar como las estructuras y superestructuras están supeditadas a el organismo rector que casualmente el pacto político debe de estar alineado al proyecto político el cual si no lo esta es considerado como “enemigo publico”, y a su referente como “persona de interés”.
No hablemos de protesta social ya que ellas son parte de otra estructura que busca hacer lo mismo para un grupo antagónico, el cual la mayor y oculta molestia es no poder ejercer el poder para los suyos.
Hablemos de como se ha descompuesto la formación intelectual y cultural de México, en el cual es de interés publico la torpeza de una celebridad, o su elocuencia, pero hasta cuando podremos como colectividad poder mirar y discutir de forma constructiva la racionalidad de las construcciones sociales, de como dejar el rezago, y aun mas importante y critico:
“el estudiar para poder laborar en una plaza y tener garantizado un sueldo”.
Veo con completa decepción como la generación que estudia busca como prioridad colocarse en la confortabilidad de una plaza comprada o heredada. ¿Por qué, México, por qué?
Donde perdimos el rumbo de estudiar para poder generar, para poder mejorar el entorno y para poder mejorar estructura social.
El fin para el objeto de este estudio es buscar las consecuencias de la corrupción, basta con mirar al seno de una familia normal la consecuencia, la falta de creatividad para poder mejorar y en lugar de eso la espera de poder participar en lo que ve en la televisión todo el día.
SÍNTESIS
El estado mexicano ha colapsado y ha permitido que la consecuencia del sobre proteccionismo familiar merme las estructuras y súper estructuras de México en el cual ha sido mas que evidente para el mundo que a mayor protección del padre en el núcleo familiar mas corrupta es una sociedad.
Con graves consecuencias en la racionalidad del marco social y sin importar el resultado estamos siendo obligados a dejarse gobernar por el índice de popularidad y no de la racionalidad de las políticas publicas si no de el paternalismo proteccionista hacia las estructuras mas desprotegidas, las cuales se ven identificadas plenamente con la figura de poder ya que es la promesa de ser como ellos las que llevo a ese personaje de cualquier partido político sin identidad ideológica y capaz de mezclar ideologías antagónicas, para poder lograr el fortalecimiento de el y de su familia.
Caos y desorientación solo han generado 40 años de corrupción de herencia de poder y de destrucción de la cultura, razonamiento y búsqueda de la verdad.
Concluyo entonces: que la corrupción en México ha marcado y mantendrá en un estado catatónico a una generación completa y la ha destinado a obedecer al paternalismo sobre protector, el cual cualquiera de ellos puede ser elegible como representante popular, y así con ello al menos ese pequeño núcleo social puede consumar el sueño de subir su nivel de vida.