No debemos tolerar ni observar como normal la explotación infantil capitalina: regidor, Álvarez Martínez

(Comunicado). La explotación infantil, nos obliga como autoridades y como sociedad a actuar de forma inmediata, porque éste fenómeno social vulnera los derechos fundamentales de la niñez a la educación, a una vida libre de violencia y a un desarrollo integral, lo señaló en Sesión Ordinaria de Cabildo, Antonio Álvarez Martínez, regidor de Centro Histórico y Patrimonio Mundial.

Agregó, que lo más alarmante es que detrás de estás prácticas, se ocultan redes que lucran con la vulnerabilidad y la inocencia de los menores.

Alertó, de la presencia de niñas, que no rebasan los 13 años de edad, vendiendo flores en diferentes cruceros de la ciudad, como el de Camino Nacional, dónde infantes venden flores, dulces, limpian parabrisas o simplemente piden dinero, algunos con uniformes escolares o ropa inadecuada para su edad, con el fin de despertar lástima y obtener ganancias.

Por ello, Alvarez Martínez, señaló que no se debe normalizar esta situación, que sea algo que vemos a diario en las calles, que se convierta en un hecho tolerable.

«No podemos acostumbrarnos a ver a la infancia de nuestra ciudad vivir en cruceros y semáforos, expuesta a riesgos que van desde accidentes viales hasta adicciones, violencia o desapariciones. Su lugar, sin duda, es en la escuela, en sus hogares y en espacios seguros», enfatizó.

Ante ésa situación, confío plenamente en que la presidenta honoraria del DIF Municipal, Gabriela García Fernández del Campo, con el compromiso social que la ha caracterizado, en coordinación con el Gobierno del Estado, a través del Sistema DIF Estatal y la Procuraduría de Protección de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, así como con las corporaciones de seguridad pública e instancias competentes, actúen para:

  • Identificar y proteger a las niñas y niños en esta situación.
  • Investigar y desarticular las redes de explotación que operan en nuestra ciudad.
  • Asegurar la reintegración de los menores a sus entornos escolares y familiares.
  • Lanzar una campaña de concientización dirigida a la ciudadanía para que no dé dinero a niñas y niños en esta situación, ya que esta práctica, aunque bien intencionada, perpetúa el círculo de explotación.